Por la comunión "nos unimos a Cristo que nos hace partícipes de su Cuerpo y de su Sangre para formar un solo cuerpo (cf 1 Co 10,16-17)" (CIC 1331).
Por la fe sabemos que es Dios mismo quien se nos da en la Comunión, en un misterio de inmenso amor. ¿Con qué agradecimiento y disposición nos acercaremos a recibirle?
Para una catequesis provechosa, imitemos a los santos: Primero vida de fe, aprender a hablar con Jesús, a vivir nuestra amistad con Jesús en persona; después, los conocimientos entran mejor.
En la catequesis aprendemos además a confesarnos bien, a amar la Santa Misa, a vivir las virtudes, a tratar a la Madre de Jesús. Estas prácticas piadosas vividas con fe vigorosa.
La Primera Comunión es especial y la primera. Cultivar la vida cristiana es posible solo con la oración confiada y frecuentando los sacramentos. De ahí la importancia de la postcomunión.
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